Las diferencias entre escritores son un clasico de la literatura. Los alfiletazos que estos suelen tirarse entre si tambien es un clasico. Ambos sirven para remarcar un hecho definitivo, el hecho de que los escritores, cuanto mas grandes son, mas susceptibles se muestran.
Tomemos, por ejemplo, en Argentina, a Roberto Arlt. Arlt era el hijo de dos emigrados alemanes que supo vivir en un estado cercano, muy cercano, a la miseria, con un padre brutal que, al menos una vez al mes, le decia: al alba voy a darte unos correazos.
En esa realidad, Arlt se convirtio en un hombre duro que supo ver, como lo demostro en su prosa, tanto la infamia de la vida cotidiana en Buenos Aires, con sus conventillos, sus millonarios y sus proyectos para ricos, como la realidad del futuro que se acercaba en la cual la capital de Argentina amenazaba con ser la nueva Roma.
Arlt, pese a ser un genio literario, no pudo evitar caer, porque uno de los mejores registros sobre la vida de un comerciante, sus penas, alegrias y pesares no hay nada mejor que el cuento del premio Cervantes 1990, Adolfo Bioy Casares, "Cavar un foso". En el cuento, dos jovenes compran un hotel y, al ver que el negocio no funciona como debiera,terminan cometiendo una gran desgracia que los persigue como los viejos fantasmas de Shakespeare hasta el desenlace final, mejor dicho: hasta el sorpresivo desenlace final.
La vision de Bioy parece señalar no solo que el crimen no paga sino que siempre debe optarse por el buen camino pero es obvio que un cuento siempre debe contar con una sorpresa final, una parabola para el lector y un ritmo que vaya increcendo pagina a pagina.
En la vida real, sin embargo, un problema como ese podria haberse solucionado de otra manera porque, mas alla de la imaginacion pavorosa de Bioy existe una empresa llamada Hostel Pime cuyo trabajo es ser una de las mejores asesorias turisticas de toda España.
Para saber más sobre gestion hotelera solo ingrese al sitio web de Hostel Pim.
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En esa realidad, Arlt se convirtio en un hombre duro que supo ver, como lo demostro en su prosa, tanto la infamia de la vida cotidiana en Buenos Aires, con sus conventillos, sus millonarios y sus proyectos para ricos, como la realidad del futuro que se acercaba en la cual la capital de Argentina amenazaba con ser la nueva Roma.
Arlt, pese a ser un genio literario, no pudo evitar caer, porque uno de los mejores registros sobre la vida de un comerciante, sus penas, alegrias y pesares no hay nada mejor que el cuento del premio Cervantes 1990, Adolfo Bioy Casares, "Cavar un foso". En el cuento, dos jovenes compran un hotel y, al ver que el negocio no funciona como debiera,terminan cometiendo una gran desgracia que los persigue como los viejos fantasmas de Shakespeare hasta el desenlace final, mejor dicho: hasta el sorpresivo desenlace final.
La vision de Bioy parece señalar no solo que el crimen no paga sino que siempre debe optarse por el buen camino pero es obvio que un cuento siempre debe contar con una sorpresa final, una parabola para el lector y un ritmo que vaya increcendo pagina a pagina.
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